La bella y la bestia ( Los aspectos inconcientes en la eleccion de la pareja)

Cuando tenemos una relación de pareja desastrosa podemos consolarnos diciéndonos que seguramente elegimos mal y que no volverá a repetirse. Cuando esta situación de fracasos se reitera, estamos ya ante una pauta de que algo anda mal con nuestro inconsciente que nos arrastra a relaciones incomprensibles y dolorosas. El Dr. Carl Jung (1875-1961) postula la existencia de "modelos mentales inconscientes" que denomina arquetipos. Estos contenidos mentales son inaccesibles para nosotros de forma directa, pero es a través de nuestras conductas como podemos darnos cuenta de que están operando. Estas imágenes interiores tienen una especial fascinación, y son "idealizaciones" de hombre o de mujer que acuñamos en nuestro inconsciente y luego "colgamos" en alguna persona por la que nos sentimos atraídos, la cual nos sirve de "percha" (aunque obviamente esa persona tiene alguna característica que evoca lejanamente a nuestra idealización). Cuando pasa algún tiempo, la persona real empieza a asomar debajo de la idealizada dejando ver inevitablemente el lado difícil del arquetipo, es ahí donde nos sentimos estafados y acusamos al otro de haber cambiado, cuando en realidad teníamos desde el principio la información de cómo era el o ella, solo que lo ocultábamos con nuestro ciego enamoramiento. La noticia alentadora es que Jung estableció una clasificación de 4 arquetipos femeninos (anima) y 4 masculinos (animus), alrededor de los cuales se articula el mundo entero de la relación entre hombre y mujer en toda su complejidad. Una mujer que no analiza su animus (es decir el modelo de varón que inconscientemente busca) anda por el mundo con un malhumor tremendo y con la secreta convicción de que todos los hombres quieren dominarla; sin darse cuenta de que el que en realidad la domina es el hombre inconsciente que lleva dentro y que no conoce. Un hombre que no conoce su anima (el modelo de mujer que lleva adentro) exhibe una mezquindad muy particular, su vanidad personal y su humor variable difunde en torno de si una atmósfera ponzoñosa, da la impresión de estar todo el tiempo en un escenario. desempeñando un papel superficial y poco comprometido e imposibilitado de sostener relaciones amorosas a largo plazo. Para nuestros hombres, que jamás entienden a las mujeres: Los arquetipos femeninos son la madre, la amazona, la mariposa y la médium. Cada uno exhibe dos rostros: uno luminoso que mira hacia arriba y es el que seduce al varón, y otro oculto, pero siempre presente que aflorara en algún momento de la relación. Por supuesto que hablamos de casos extremos que sirven para la compresión de la idea. Los arquetipos aparecen entremezclados y suavizados en la vida real, pero son fácilmente reconocibles los tipos en uno mismo y en personas de nuestro alrededor. *La madre: es una figura llena de cualidades protectoras, brinda atención y mimos. Su rostro luminoso es el del hogar y la seguridad, el del perdón y del consuelo. Una pareja así te saca el turno del médico y te acompaña, no se olvida jamás de prepararte la vianda y está en todos los detalles domésticos con excelencia. Su rostro oscuro corresponde a la que posee y devora El hombre que elija este tipo de mujeres tendrá graves dificultades en valerse por sí mismo, en hacer actividades no laborales fuera del hogar y lentamente ira cediendo hasta ser cercado en una jaula mental que le obstruye ser independiente y tomar decisiones por sí mismo *La mariposa: mujeres siempre producidas e impecables, divertidas, su presencia jamás pasa inadvertida. Su lado luminoso es el sentimiento estético, la alegría y el amor por la cultura y la comunicación. Su lado oscuro corresponde a mujeres inestables, promiscuas y con algo de adolescentes. Pueden ser frías, despiadadas, impredecibles engañosas y versátiles, incapaz de mantener la lealtad en una relación. Poco queda de la autoestima de un hombre aplastado por la deslealtad de una mariposa. Están particularmente en riesgo aquellos varones inseguros que corren atrás de estas mujeres "trofeo" que exhibidas son símbolo de triunfo. La amazona: es una figura fuerte y capaz, eficiente y práctica, que no retacea su apoyo. Su faz luminosa es la capacidad de hacer frente a la realidad, de tratar con el mudo material y sus complejidades. Ella es la que resuelve los problemas. La cara sombría es dominante, manipuladora, rígida, dogmática y esclava de lo establecido. Si el hombre percibe negativamente esta faceta, está condenado a callar y obedecer, ella es la dueña de la fuerza y en su forma más extrema se emparenta con la violencia. *La médium: musa y visionaria, ella puede desentrañar los secretos del universo. Su dimensión iluminada la hace intuitiva e inspiradora, espontánea, jubilosa y creativa. La faz oscura se muestra en ella como locura, caos, entrega fanática a algún delirio místico, artístico o social. Totalmente alejada del mundo real. A su lado, el hombre puede encontrar que lo han sacrificado en le altar del caos, que su personalidad y su necesidad de hacer algo valioso por el mundo se está desintegrando en un torbellino de sueños que se deshacen una y otra vez sin concretar nada. Con esta información, cada hombre debe analizarse honestamente, pues cuanto más sepa acerca del modelo de mujer que tiende a elegir, más libre estará de tomar la cara sombría que en mayor o menor grado siempre está presente en el arquetipo. Otro concepto muy interesante es analizar la habilidad básica de cada arquetipo, pues las grandes esclavitudes amorosas van de la mano de considerarnos incapaces de algo, esperando que sea nuestra pareja quien lo resuelva. La madre Cuida, mima. La amazona organiza, genera recursos. La mariposa divierte, crea contactos sociales. La médium intuye, es sabia y profunda. Un hombre que se siente niño buscara compulsivamente una madre. Quien no haya trascendido la adolescencia, una guerrera. Quien dude de su hombría posiblemente andará tras las mariposas para mostrarlas y quien se sienta agobiado o perdido tendera a una pareja gurú que lo contenga. Se trata entonces de resolver individualmente las necesidades básicas, a fin de llegar a una relación de pareja completos individualmente. Entonces puedo encontrarme con el otro sin reclamos ocultos, porque cuando el otro me completa, dejarlo ir seria desgarrador. Es útil saber que con distintas parejas podemos tomar nosotros diferentes papeles arquetípicos. La propuesta es que identifiques por lo menos una persona real de tu entorno que responda al arquetipo; luego que te preguntes de que creés que jugás vos en pareja (si sos mujer) o qué tipo de mujer elegís (si sos hombre). En nuestro próximo número analizaremos los arquetipos masculinos y sus particularidades El animus es la imagen arquetípica del hombre que existe dentro de toda mujer. Es el cazador, el guerrero, el estadista y el intelectual; el constructor, tanto en el plano material como en el mental. En el inconsciente de cada mujer, el animus se forma con dos componentes: uno colectivo y otro individual: el primero se relaciona con las experiencias que las mujeres han tenido con los hombres a lo largo de la historia...y también con la época con que a cada una nos toca vivir, en relación a lo que se espera del "ser hombre" y "ser mujer". El componente individual tiene que ver con las vivencias con nuestro padre y con todos los hombres con los que nos cruzamos a lo largo de la vida y también con las ideas familiares acerca de las cuestiones de género. Jung sugiere que el animus puede asumir una de las cuatro formas básicas: ellas son: El Padre, el Joven eterno, el Héroe y el Sabio. Así como los hombres pueden identificarse inconscientemente con una de estas cuatro figuras, las mujeres también se apegarán generalmente a una de ellas, en cuanto representa el rostro más cercano a su animus (lo que esperan de un hombre) El Padre es una figura que apoya, abriga y cuida; encarna el orden social jerárquico, la tradición, la santidad del pasado y los valores de la familia. Su rostro luminoso es el de un protector que refuerza y tranquiliza, y a una mujer le ofrece seguridad en el vasto mundo donde vive. ¡Es tan grato contar con un compañero para compartir las vicisitudes y no tener que preocuparse por los detalles que él resuelve! El rostro oscuro de este hombre sofoca y aplasta el crecimiento de su mujer, porque la mantiene confinada en el estrecho marco de una niñita a quien se le niega el derecho de descubrir sus propios valores. Una mujer esclavizada por semejante figura se encontrará con frecuencia con un hombre que juega al padre con ella, la protege y la cuida, la patrocina y espera a cambio que ella obedezca su palabra como si fuera ley. El Héroe es un guerrero, una criatura de la tierra, y se esfuerza por combatir y ganar en el mundo objetivo. Puede convertirse en el hombre de negocios exitoso, en la persona influyente o dotada de carisma Su rostro luminoso ofrece empuje, capacidad de hacerse valer, coraje, sentido común, tenacidad, aguante y una poderosa voluntad. ¡Qué dicha que alguien traiga el sustento y poder dedicarse a otras cosas! El aspecto oscuro le da sensualidad y materialismo, que lo hacen insensible, brutal, dominante, posesivo e incapaz de acceder a los dones curativos del espíritu, por ejemplo: La palabra. Una mujer esclavizada por una figura de animus así, puede encontrarse con un hombre cuya principal consideración en la vida sea su propia posición social y económica y sacrifica todo, incluso la pareja, en aras de su conquista. El Sabio es un símbolo de creatividad, sabiduría, visión y penetración espiritual. Su lado luminoso es el del mago, el profeta que despliega los misterios del universo. Creativo, artista, bohemio. Hay una importante dosis de fascinación en la mujer que elige un hombre así (por lo menos en los primeros tiempos). Dedicado al esoterismo, a alguna forma de arte o religión, su faz oscura es el poder ardiente, fanático y totalmente impersonal del caos. Su obsesión le impide ocuparse de los otros aspectos de la vida. En el peor de los casos, las drogas y la locura son una amenaza para él. Una mujer sometida a un tipo de hombre así puede tomarlo como su gurú o guía espiritual, como fuente de sabiduría y profeta visionario; puede esperar que sea él quien exprese la creatividad de ella y consagrar su vida a satisfacer las necesidades materiales de ambos, para permitir que él lleve adelante su noble visión; y es posible que no llegue a darse cuenta que ella misma posee una visión y una sabiduría que le son propias. Es importante destacar que presentamos modelos puros, y que en la vida encontraras los arquetipos combinados, pero la predominancia del tipo principal es fácilmente identificable. ¿Y cuál es la utilidad de conocer qué tipo de hombre sos o que modelo de varón elegís? En primer lugar, toda mujer debería analizar las expectativas inconscientes que le plantea a su pareja: no hay hombre que sea capaz de permanecer perpetuamente estable, valiente, decidido y lógico, de hacerla reír a carcajadas, de triunfar siempre y tener respuestas brillantes para las incertidumbres de la vida y una paciencia de monje con los chicos, además de conservar un entusiasta deseo sexual todo el tiempo (exclusivo hacia ella, por supuesto) En alguna ocasión contara en chiste malo, dejara ver que hay cosas que no sabe, cometerá un error en sus negocios, expresar dolor, miedo o indecisión o mostrara cualquier otra característica fastidiosamente humana que desvirtúe la perfecta imagen que su compañera ha depositado en él. Si no baja el nivel de exigencias contradictorias, ninguna relación resultará satisfactoria y la mujer se condenará a una vida estéril, vacía y aislada, en la que muchos hombres le irán confirmando su oculta sospecha de que todos ellos son un fracaso, Hombres o mujeres, es necesario darse cuenta que la pareja que eligen tiene algún parecido con él anima o animus que llevan dentro. Mejor que enojarse con el compañero, sería que se decidiese uno a mirar, larga y atentamente, su propia hechura psíquica, decidiendo que aspecto del otro estas dispuesto a tolerar. El Joven eterno es la antítesis del Padre. Su faz luminosa es el juego rutilante, cambiante, de la mente rápida y la palabra fácil. Su espíritu es alegre y trae consigo el cambio y la euforia del vuelo. Varón atractivo y pendiente de su imagen y cuidado. Generalmente conserva alguna actividad que lo liga a la adolescencia, siempre rodeado de amigos, él es el centro de atracción en las fiestas. ¡Imposible aburrirse a su lado! Su lado oscuro es vacío, inconstante, incapaz de lealtad y de permanencia cuando establece una relación. Cuando se siente demandado, sale a la luz su faz fría y sarcástica, cruel y falta de sentimiento. Su característica es amar y abandonar. Es probable que una mujer ligada a un varón de esta forma, se encadene a hombres así: atractivos, infantiles, deslumbrantes y mucho más hábiles para escurrirse y abandonar la relación (o ser infieles) que para mantenerla. Lic. Maria Inés Álvarez Psicóloga UBA

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